Desde el momento en el que descubres que estás embarazadas son muchos los datos de los que debes informarte. Al igual que nos documentamos para saber cómo afrontar los nueve meses de embarazo, también es importante saber cómo hay que cuidarse tras el parto. También te puede interesar saber cómo identificar las contracciones del parto. Sin duda, una de las primeras dudas que pueden surgir es saber cómo reconocer que ya nos hemos puesto de parto. Para eso, es importante informarse sobre los síntomas que nos advierten que nuestro bebé viene en camino.

Lo cierto es que la mayoría de mujeres prefieren tener un parto natural. Sin embargo, existen ocasiones en las que esto no es posible y es necesario recurrir a una cesárea. Hay que tener en cuenta que, al igual que puede ocurrir con el parto natural, tras la cesárea pueden surgir algunas complicaciones, algunas de ellas normales y otras no tanto. Sobre todo, conviene conocer bien cada una de ellas para poder ponerle remedio tú misma y saber cuándo es necesario acudir al médico para ponerle solución.

cesárea cicatriz
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A continuación, te contamos los problemas más frecuentes, tanto los más leves como los más graves, para que estés preparada en caso de necesitarlo. Además, si no consigues ponerte de parto y ya has salido de cuentas, también puedes consultar los alimentos que te ayudarán a conseguirlo.

Hematomas, puntos abiertos...

Las episiotomías no suelen presentar complicaciones, aunque debes cuidar muy bien los puntos después del parto. A veces se producen pequeños hematomas, que se tratan con frío local (hielo en un paño) y normalmente se reabsorben solos.

Lo que sí es más problemático es que se abra algún punto y se infecte, en cuyo caso tendrías que seguir un tratamiento con antibióticos o practicar alguna cura con antisépticos. En ambos casos tienes que ir a tu ginecólogo o a tu matrona para que te indiquen la medicación que precisas y que sea compatible con la lactancia, si estás dando el pecho.

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Durante los primeros días tendrás la sensación de que puedan abrirse los puntos al sentarte o al ir al baño. Pero tranquila, es solo una sensación, porque no es frecuente que esto suceda, salvo que hagas esfuerzos muy intensos. Para que no te cueste ir al baño, aumenta la cantidad de fruta y verdura al día, bebe dos litros de agua, toma productos con bifidus y pan integral.

Puntos inflamados, seromas...

En la cesárea, una cicatriz rosadita y sin relieve indica que la evolución es correcta. Pero son señales de que algo no va bien si los puntos enrojecen, se inflaman, molestan mucho (un ligero dolor es normal), se endurecen o sangran (en cualquiera de estos casos, consulta al médico).

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Una de las complicaciones más típicas es la formación de un seroma (retención de líquido en un punto). Si notas algo así, no hay más remedio que pedir consulta con el médico, ya que para solucionar este problema hay que vaciarlo con una jeringa. La razón es que es fácil que se infecte y en ese caso, el tratamiento es más lento (con antibióticos y antisépticos).
Por otro lado, si la piel no cicatriza bien puede quedar una lesión (engrosamiento) llamada queloide.