La tripa abultada es un rasgo inherente a la constitución de los niños hasta los 18 meses. Y es que, hasta que empiezan a moverse más, los bebés necesitan una importante reserva de grasa para mantener su organismo caliente. Además, sus órganos internos abultan mucho en su vientre y sus músculos abdominales aún tienen que fortalecerse.

En esta zona del cuerpo se acumulan muchos órganos "huecos" que tienden a hincharse por la acumulación de gases que, en muchas ocasiones se provocan los propios bebés, pues todavía no controlan demasiado bien la forma de ingerir y tienden a tragar mucho aire. Puedes aliviar a tu bebé ayudándole a expulsar los gases.

La hinchazón del vientre, así como su desinflamación progresiva, es uno de los muchos cambios físicos que se van a producir en tu bebé a lo largo de su primer año de vida, y que no deben preocupar en exceso a los padres, como lo es también el cambio de tono de piel que experimenta desde su nacimiento.

Grasa beneficiosa

niño mirando su tripa y descubriendo el ombligo
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Ya ves que esas provisiones de grasa, que principalmente se acumulan en cuello, tripa y alrededor de los riñones, no denotan ningún problema de salud. Se denomina grasa parda y tiene dos funciones fundamentales: mantener la temperatura corporal de los bebés y favorecen la producción de energía que evita que puedan caer enfermos en los períodos en los que no están ingiriendo nada.

Este tipo de grasa también está presente en el cuerpo de los humanos adultos y de otros mamíferos, pero tiende a ir desapareciendo a medida que avanzan los años. Los adultos ya no necesitan producir tanta energía para mantener el calor como un bebé, por eso los recién nacidos son las criaturas con más grasa parda de todos.

Por otro lado, ten en cuenta que el cuerpecito de tu bebé es muy pequeño y alberga la misma cantidad de órganos que el de un adulto. Al igual que otras partes de su anatomía, los músculos de su abdomen se irán fortaleciendo a medida que empiece a caminar, correr y saltar. Por eso, en cuanto crezca un poco y comience a hacer más ejercicio, se volverá más esbelto y su barriguita desaparecerá. Para poder ayudarle a que vaya desarrollando poco a poco su fortaleza física y mental, no te pierdas estos 20 mejores juguetes para regalar a un bebé.

Gases que le hinchan

bebé con gases y dolor de tripa
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Dos motivos por los que el bebé puede tener el estómago hinchado, en este caso con molestias o dolores esporádicos, son la acumulación de gases y el estreñimiento. Ambos trastornos están muy relacionados. Si consigues evitar que tu hijo esté estreñido, también le librarás de los gases. Para ello tienes que intentar que coma despacio y beba más agua entre las comidas. Ofrécele también zumo de naranja, que tiene mucha fibra. Prepárale purés con las verduras que tengan más fibra, como acelgas, judías verdes, espárragos trigueros y lechuga. Añade a los purés un chorrito de aceite de oliva en crudo.
Si sigue incómodo, túmbale boca arriba, cógele las piernas por los muslos y llévaselas hacia el abdomen, ejerciendo una ligera opresión para facilitar que salga el aire acumulado. Aprende cómo prepararle una papilla de frutas deliciosa y muy nutritiva.

Con todo, si no se siente mejor, habla con el pediatra, quizá pueda prescribirle algún remedio que le calme. Acude siempre a un profesional cuando tengas dudas, nunca intentes medicar a tu bebé por tu cuenta aunque sea con un remedio natural.

¡Qué curioso!

bebé sorprendido con ojos muy abiertos
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A lo largo de su primer año, con el desarrollo corporal, los órganos internos que ocupan la zona del vientre dispondrán de más espacio. Es otra de las razones por las que su barriga dejará de parecer tan abultada.

Además, a medida que se vaya moviendo por sí solo, por ejemplo cuando empiece a gatear, los músculos del abdomen empezarán a fortalecerse y desarrollará los llamados abdominales. Por supuesto, este es un proceso lento que requiere tiempo, pero te darás cuenta que a medida que tu hijo crece su cuerpo irá evolucionando de un cuerpo de bebé, más rechoncho y abultado, a uno de niño, más estirado y con formas más definidas.

No obstante, es normal que los niños mantengan su pancita hasta que cumplan, por lo menos, los diez años de edad y mientras esta sea normal, no demasiado abultada y firme, no hay nada de qué preocuparse, sobre todo si sigue una dieta equilibrada en la que tengan cabida desde los vegetales, hasta la carne o los cereales (te contamos cuándo introducir los cereales en la alimentación del bebé).