1. ¿Qué es la invaginación?
Se denomina así a la introducción de una parte del intestino dentro de otra (de forma similar a cuando se pliega un catalejo).Si esto sucede, las paredes del intestino presionan una contra otra, se inflaman, disminuye el riego sanguíneo de la zona y acaba produciéndose una obstrucción intestinal.
2. ¿Cuáles son los síntomas?
Dolor intenso, tipo cólico, que surge en crisis y que aumenta en intensidad y duración. El niño no encuentra consuelo y entre una crisis y otra, está pálido y muy decaído. El abdomen puede estar hinchado y aparecen vómitos, de color amarillo verdoso. A veces hay sangre en las heces, como mermelada de fresa.
3. ¿Es como los cólicos?
No. La diferencia está en que entre un episodio de cólicos y otro, el niño se encuentra bien y participativo. Durante la invaginación, el niño está amodorrado entre una crisis y otra, no le interesa nada, tiene la respiración muy rápida y el pulso débil y acelerado. Destaca su palidez y su malestar general.
4. ¿A quién afecta más?
De aparecer, este problema afecta más a los niños que a las niñas (es tres veces más frecuente en ellos). Es más común entre los 5 y los 10 meses (edad en la que ya no hay cólicos) y es más difícil, aunque no imposible, que surja después de los 2 años. En cuanto a la época, es más habitual durante la primavera y en el otoño.
5. ¿Qué causas la provocan?
Debido a su carácter estacional, se ha relacionado la invaginación con infecciones virales, sobre todo con virus respiratorios, y con episodios de gastroenteritis previos que pueden inflamar la mucosa que recubre el interior del intestino. Pero no se ha establecido una causa clara que desencadene el proceso.